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by AWR Staff

“Mi primer concepto del poder de la radio llegó a mi cuando era un estudiante en la universidad,” dice Allen Steele, uno de los pioneros de AWR. H.M.S. Richards, de la voz de la profecía, habló a nuestro club de comunicación, cautivó mi atención con el potencial de hablarle al mundo a través de las ondas de radio.” Allen claramente recuerda el reto que Richards les lanzó a los estudiantes.

“Tenemos un mensaje que el mundo está esperando escuchar,” declaró Richards, “y es su decisión personal el llevar este mensaje hacia ellos. ¡Dios los está llamando a ustedes a que lo hagan!” Allen dice que la misión mundial de la iglesia agarró su corazón en aquel día, y se dispuso a seguir con el reto tan lejos como le fuera posible.

Después de su graduación y de dos años como un recluta de la armada de los Estados Unidos en Europa, Allen se mudó a Takoma Park, Maryland cerca de la sede mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Allí él sirvió como voluntario para producir programas de radio en el edificio de la Conferencia General para las estaciones de radio del colegio Adventista. El escuchó rumores que los líderes de la iglesia estaban considerando comenzar un alcance de radio para Europa, y rápidamente les hizo saber su interés en servir a la iglesia en este proyecto.

Para su deleite, él fue escogido para viajar a Lisboa, Portugal, para comenzar los programas de Radio Mundial Adventista para Europa, Norte de África, y el Medio Oriente. Solo después de dos meses de haberse casado con Andrea Grover, los dos viajaron a Lisboa como los primeros empleados de AWR. Se les pidió comprometerse solo por un año al proyecto porque los fondos eran inciertos. “Pero en cuanto reportamos de los resultados emocionantes de los programas de radio, la gente de Dios dio generosamente, y el mensaje siguió fluyendo”, dice Allen. “Cuando regresamos a los Estados Unidos para graduarnos de la escuela en la Universidad de Andrews después de cinco años, Ron Myers fue empleado para ocupar nuestro lugar en Europa.”

El llamado de los Steeles a Europa fue el comienzo de un servicio de por vida al alcance de la iglesia por medio de los medios de comunicación. En sus 21 años con AWR, Allen alcanzó a ser el primer empleado en ser vicepresidente a cargo de planeamiento estratégico. Él puso en orden cronológico los primeros 25 años del sistema en su libro, Loud Let It Ring (Fuerte déjalo sonar). Él dirigió a AWR a la era del satélite y visualizó la estación principal, KSDA, en la isla de Guam. Andrea era inicialmente secretaria en la oficina de Lisboa, pero más tarde llegó a ser directora de relaciones públicas para el sistema mundial de AWR. Recientemente para la ocasión de su retiro ambos ya habían vivido y trabajado en cinco de las divisiones mundiales de la iglesia y aprendido cuatro idiomas.

Cuando se les preguntó en mirar hacia atrás y señalar cuando ellos vieron a Dios más vívidamente, Allen recuerda las tensiones en Portugal en el tiempo del “florecimiento de la revolución” en el país en 1974. “Tanques armados estaban en las calles, y los jets militares volaban arriba. Estuvimos preocupados del futuro de nuestras transmisiones en Radio Trans-Europea en el sur del país,” él recuerda. “Los nuevos líderes del golpe del estado militar que desalojaron al dictador ordenaron a todas las estaciones de radio locales estar fuera del aire. Radio Trans-Europea fue la única estación que no cerró- ¡no perdimos ni un minuto de tiempo al aire! ¡Estuvimos agradecidos a Dios por cuidade nosotros!”

Los Steeles recuerdan la dedicación de la estación de onda corta en Guam como un hito en el crecimiento y eficiencia de AWR. “Esa estación realmente colocó a AWR en el escenario del mundo,” dice Allen. La nueva estación tenía cuatro cortinas y antenas de onda corta del tamaño de campos de fútbol y dos transmisores de 100,000 watts para llevar el mensaje Adventista a toda Asia. Dos transmisores más fueron agregados pocos años después. “Llegamos a ser conocidos por nuestras transmisiones constantes a China – por más horas, más que cualquier otra estación.” El número de idiomas se ha expandido por los años, y “KSDA, AWR Asia, ha llegado a ser una de las estaciones radiales internacionales más grandes del mundo.”

Allen también recuerda los momentos de la caída del comunismo. “Que gozo experimentamos cuando AWR llegó a ser la primera estación de radio occidental en poner programas al aire en algunas de las estaciones gigantes de onda corta de Radio Moscú, estaciones que antes constantemente rechazaban las emisiones de AWR en la Unión Soviética. Supimos sin ninguna duda que Dios planeó volar las barreras,” Allen dice con convicción. “A través de nuestra experiencia con AWR, vimos como el Espíritu Santo trabaja. Recibimos muchas cartas de personas diciendo que accidentalmente encontraron nuestra señal. Pero no fue un accidente. AWR manda su mensaje hacia afuera; el Espíritu Santo hace que las personas escuchen.

Hablando de la rara pero maravillosa oportunidad de conocer oyentes, Andrea dice, “Estuvimos en Corea un año en las reuniones de división, y me contaron de una joven que estaba visitando a su hermana en Seúl. Ella vino a la reunión a contar su historia. Desde un pueblo casi coreano en Manchuria, China, Eu Mi* no sabía que ella era una de las muchas personas escuchando a AWR en su vecindario.

“Luego los vecinos empezaron a hablar de las emisiones. Ellos estaban emocionados de descubrir que muchos de ellos estaban escuchando, y comenzaron a reunirse juntos. Un pastor coreano visitante bautizó 14 personas en el pueblo para formar una nueva compañía Adventista. Joven, ruborizada y emocionada for su nueva fe – Eun Mi era una maravillosa inspiración para mí. ¡Esta fue la más grande recompensa!”

“La expansión de AWR en el uso de satélite, internet, estaciones locales, y otras empresas creativas fueron siempre nuestro sueño,” dice Allen. “Estamos orgullosos de ver que AWR continua persiguiendo cada posible avenida de alcanzar a las personas con el mensaje de Dios. El reto está todavía allí y es nuestra opción terminar el trabajo.”