June 25, 2013 15:38
Por Shelley Nolan Freesland
Directora de Comunicaciones
Cuando Tan era una niña en Tailandia, ella le preguntó a un famoso monje en su ciudad natal: “¿De dónde venimos?”
“No tenía ninguna respuesta”, dice ella.
Dos décadas más tarde, Tan estaba viviendo en Bangkok y se había convertido en una adventista. Ella era un nuevo miembro – bautizada apenas un año antes – y estaba ansiosa de compartir su fe con otros, por lo que se convirtió en una presentadora en una estación local adventista FM.
“No tengo ningún talento para la música, dice Tan, “pero una habilidad que tengo es la capacidad de hablar con la gente, tanto jóvenes como viejos. Cuando yo era joven, no esperé trabajar en la radio algún día, pero por alguna razón practicaba leyendo el periódico en frente del espejo”.
En Radio Nueva Vida, Tan comenzó a presentar un programa en vivo cada mañana, y su voz podía ser escuchada a lo largo de Bangkok, un área metropolitana sofocante con una expansión de más de 14 millones de personas. No tenía manera de saber cuántos oyentes estaban sintonizando, o quiénes eran, pero ella tomó su nuevo papel en serio.
“Usted tenía que pasar mucho tiempo en oración cada mañana antes de venir al programa”, dice Tan. “Cada palabra que decíamos tenía que estar en conexión con el Espíritu Santo. Yo no fui a hablar con los oyentes- sino, que fue Dios quien lideraba. Si me sentía desanimada, oraba por lo que tenía que decir para inspirarlos”.
Una de las personas que escuchaban era una mujer llamada Pensee. Ella había estado explorando las emisoras de radio un día y se encontró con Radio Nueva Vida. En ese momento aconteció que Tan estaba en el aire, y Pensee pensó que ella tenía una voz dulce. Pensee también disfrutó de la música cristiana que estaba siendo reproducida en el lenguaje Tailandés. Pronto se interesó en los mensajes que estaba escuchando, y se inscribió en las lecciones bíblicas de la Voz de Profecía.
Tan dice, “Pensee envió muchas lecciones completas, hasta que obtuvo su certificado. Ella era muy curiosa – ella deseaba conocer todo acerca de la Biblia. Más tarde su marido, Suwit se unió a ella en el estudio de las lecciones”.
Pensee y Suwit han trabajado en el gobierno por muchos años y han alcanzado altas posiciones. Pero los salarios no eran suficientemente buenos, entonces Suwit se fue a trabajar a una empresa de construcción con su sobrino quien era un arquitecto. En el momento en que encontraron Radio Nueva Vida, estaban cómodamente jubilados.
Pensee y Suwit, como la mayoría de los tailandeses, habían crecido budistas. Pero unos cuatro años antes, se habían convertido en guardadores- del domingo, a través de una iglesia bautista. Después de estudiar las enseñanzas adventistas de la Biblia, comenzaron a pensar sin embargo, que muchas de las cosas que se les había enseñado en la iglesia del domingo “no eran como Jesús”. Ellos dijeron, “Se supone que nos debe importar como a Jesús, pero cuando nosotros deseábamos compartir las cosas nuevas que estábamos aprendiendo, los otros miembros de iglesia no hablaban con nosotros al respecto”.
Sin embargo, los lazos a sus amigos bautistas eran fuertes, y Tan fue lo suficiente sabia para ver la importancia de estas relaciones, aún cuando su propia amistad con Pensee y Suwit crecía.
“Primero, hablábamos por el teléfono… casi todos los días”, dice Tan. “Ellos me conocieron como una amiga, pero solo a través de la radio y el teléfono. Luego ellos me invitaron a su casa. Más tarde querían llevarme a su iglesia, y yo estaba contenta en ir. Cuando ellos fueron a otra provincia para hacer evangelismo con su iglesia, yo fui junto con ellos”.
Pensee y Suwit no se estaban reuniendo con un pastor adventista todavía, pero pasaban mucho tiempo con Tan. “¡Nos gustaría visitar vez tras vez y hablar, hablar, hablar!” Tan sonríe.
Finalmente, Tan invitó a Pensee y a Suwit a visitar su iglesia por primera vez, cuando los miembros estaban celebrando un peldaño del aniversario de la iglesia Adventista en Tailandia. Pero aun así, ella nunca los presionó a tomar acción en los nuevos conceptos religiosos que estaban aprendiendo. “Solo les dije acerca del sábado y los dejé a que llegaran a un entendimiento por ellos mismos,” dice Tan. “Era importante no forzarlos”.
Otro locutor de radio invitó a los oyentes a unirse a un nuevo grupo adventista que recién comenzaba y se reunía junto a la estación. Pensee y Suwit comenzaron a atender esta iglesia… mientras todavía estaban unidos a su congregación bautista los domingos. “En ese momento teníamos dos corazones”, dice Suwit. “por meses, estábamos adorando en el domingo y en el sábado. No sabíamos cómo tomar una decisión. El pastor adventista dijo: ‘Ustedes han estado viniendo aquí por largo tiempo, ¿por qué no dejan aquella iglesia y se nos unen? Pero era difícil alejarse de nuestros hermanos y hermanas”.
Pensee y Suwit finalmente hicieron la decisión de unirse a la iglesia Adventista del Séptimo día. Hoy en día, viven en el camp cerca de la Universidad internacional Asia-Pacifico, en Muak Lek, Tailandia. A pesar de que habían pasado sus vidas enteras viviendo en la gran ciudad, sintieron que Dios los estaba llamando a venir a Muak Lek. Su pastor adventista in Bangkok había comprado tierras en Muak Lek, y Pensee y Suwit siguieron el ejemplo, comprando un pedazo de propiedad en un corto periodo de tiempo.
“Teníamos miedo al principio”, dijo Suwit. “Estábamos acostumbrados a Bangkok, y era muy salvaje aquí. Pero estábamos seguros que Dios nos estaba dirigiendo”. Ellos trabajaron en la limpieza de la tierra, construyendo una casa atractiva, y plantando una variedad de árboles frutales.
¿Dónde estaba su querida amiga Tan en este momento de la historia? En realidad, ella se había alejado de Bangkok algún tiempo antes y había perdido el contacto con Pensee y Suwit. Pero resultó que ella no estaba lejos del todo: ella estaba estudiando en la Universidad Internacional Asia-Pacifico, a unos minutos de distancia. Los tres amigos, junto con el marido de Tan, se llenaron de alegría al reencontrarse.
“Pensee y Suwit no tienen hijos propios, por lo que han adoptado muchos estudiantes en su hogar y se convierten en un verdadero centro de calidez y hospitalidad” dice Tan. “Ellos son muy activos como ancianos de iglesia, y la comunidad es bendecida por su alcance”.
Mirando hacia atrás en su experiencia con Radio Nueva Vida, Tan dice: “No siempre podemos hablar con la gente directamente, y es posible que no se sepa quien está escuchando. Pero la radio es poderosa: alcanza a las personas en su hogar, cuando están relajadas y en privado. He recibido tanta alegría a haciendo el programa de radio y al escuchar a los oyentes decir, ‘Los versículos de la Biblia que usted leyó realmente me han animado’. Todavía conservo las cartas de personas que me escribieron. Este es el gozo de mi espíritu”.
“Hay 64 millones de personas en Tailandia, dice el el Dr. Surachet Insom coordinador de radio para Tailandia y Laos y entrenador de la región Asia/Pacifico para AWR. “¿Cómo podemos esperar llegar a todos ellos sino es a través de la radio?”
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